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Otro con 535
- GusKermit
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Autor del tema
- Invitado
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Un saludo a la comunidad Virago. Os visito desde hace tiempo, y hoy he decidido pasar a ser parte de este foro. Y como me gustan los "tochos", ahí va mi presentación.Mi historia de mis motos.
Mis primeros recuerdos son de algo así:
Un motor Mosquito puesto en un chasis fabricado por Ducson. Lo tuvo mi padre cuando tenía yo cinco o seis años. Recuerdo que una vez subió desde Antequera al la Fuente de la Yedra en él. Por supuesto, por la carretera antigua, con muchas más cuestas que las de ahora. Ibamos detrás, en el coche (un Mercedes 190D, un cochazo del ’54)
y yo no hacía más que mirarlo, ver como sonaba aquello, ver como mi padre le tenía que dar a los pedales cuando la cuesta se empinaba demasiado, el olor a metal recalentado, a aceite de ricino…Creo que ese día fue el que me enamoré de las motos. Le perdí la pista a tan bonita máquina, pero me quedó el gusanillo. Tanto que a la bici le ponía con una pinza de la ropa dos o tres cartas en la rueda delantera para que sonara a ¿moto?...
La primera moto que realmente conduje fue una Roa 125, con cambio de tres marchas en el depósito. Tendría 11 años, y la cogí “prestada” del garaje de mi abuelo, en el pueblo.
Sacarla del garaje a hurtadillas, empujando, arrancarla aprovechando la cuesta abajo, y…el paraíso: el motor rugiendo (o eso me parecía a mí), meto segunda, acelero, meto tercera…SOY UN DIOS!!! Hasta que la cruda realidad en forma de fuente en medio de una plaza me devolvió a la tierra: La vista clavada en la fuente, intentando girar…y ya sabemos lo que pasó: Choqué contra la fuente, menos mal que antes pude frenar y no llegué a caer a ella. Levantarla, arrancarla otra vez, y vuelta a empezar. Un par de horas que me costaron el castigo de no ir en un mes al cine de verano.
Trece años. Se presenta un amigo en casa. “¡Ven, rápido, que le he cogido la moto a mi hermano!” LA MOTO era esto:
Pedalea, suelta la mano izquierda, coge la palanca del motor y tira con todas tus ganas: el motorcito cae sobre la rueda delantera y empieza a petardear…si no llevas la rueda mojada y le resbala el rulo de tracción. Pero era un motor. Ya no había que darle a los pedales…hasta que tenías que parar, y a toda prisa los movimientos inversos: tira de la palanca del motor, engánchalo y frena, o te comes el cohe. Menos mal que en aquella época, 64/65, por Sevilla no había muchos coches.
Quince años: mi primera moto de verdad: una Ducati italiana, azul, de 50 cc
Cambio de tres marchas en el puño, frenitos (por llamarle de alguna forma)de tambor, azul metalizada…preciosa. La primera moto que toqué: le adapté el cambio al pie, para que pareciera mas de “verdad”. La tuvimos mi hermano y yo hasta que murió por un calentón en el tórrido verano de Andalucía. Pero antes me había llevado y traido cinco veces a la playa, con todo mi equipo de camping de entonces, subido incontables veces a la Sierra Norte de Sevilla…Requiescat in pacem.
Había que reponer moto. Y las dos tiempos, con ese olor a ricino, el humo cuando te equivocabas al hacer la mezcla, las perlitas…Me busqué una Honda 50 Sport, de Serveta, 49cc y cuatro tiempos.
La idea de Serveta al hacer esta moto no la entendí nunca. El chasis era el mismo de la automática, es decir, abierto, y el depósito iba literalmente colgado en el hueco entre asiento y el eje de la dirección. Como ya toqueteaba motos, (bendito Juan, mi maestro en mecánica, la paciencia que tenía con el pesao del vecino que iba al taller a arreglarse sus motos…) El carburador iba lateral, conectado a la pipa de admisión por una goma que cuando cogías un bache gordo se soltaba y te quedabas con él colgando del cable…hice algo que los de Lambretta-Serveta Sevilla (entonces en la calle Feria) decían que era imposible: le puse el carburador de la Ducati, que me encontré por casa. Fácil: Le di la vuelta a la pipa de admisión, la puse mirando hacia delante, y ahí le enchufé el carburador. “Eppur si muove”, a pesar de lo que decían en Lambretta, aquello andaba…y mejor que con el original. Esa moto tuvo una muerte cálida: Una curva a izquierdas bien regada de gasoil por un autobús municipal recién repostado, una tumbada…ay ay ay que me la doy…y me la dí. Rompió depósito en los tumbos, chispas y gasolina no se llevaron bien…tuve el honor de ver un camión de bomberos dedicado a calmar los ardores de mi primera e inolvidable Honda.
A los 18 me calmé un poco: con novia, había que llevarla cómodamente. Por lo tanto, carnet de conducir, y moto de verdad, pero tranquila. Vespa. La 160 Electrónica, recién salida al mercado, naranja y con defensas.
[IMG t2.gstatic.com/images?q=tbn:9gA-q8wLh2mC...ages/VESPA%20160.JPG [/IMG]
Esta la tuve cinco años, y me desapareció un día de la puerta de casa, sin dejar rastro.
En aquella época, además de pelo largo, pantalones campana, camisas floreadas y hormonas burbujeantes, tuve varias motos de las que hoy me acuerdo con cariño: Ossa 160.
Montesa Impala
[IMG]http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:BtKBpdr9SbcVPM:http://images04.olx.es/ui/2/03/98/f_18529598_1.jpeg Montesa Vekhonen Replica [IMG http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:FBBbmLaEI97b0M:http://www.montesa.hpg.ig.com.br/ima/c250vr.jpg[/img]
Bultaco 250 MK2
Estas últimas fueron mis motos de mis intentos en competición: La primera la partí en un circuito de Chiclana al coger el salto sin quitar gas (la campana se quedó cogida arriba del todo) y me hizo volar hasta el cielo. Aterricé de espaldas, y la moto…out del todo. La segunda, en un circuito urbano en La Línea, al pie del peñón, también la destrocé en una curva que no tomé, hice un recto. Ahí se acabaron mis pinitos con la competición. Otras que tuve durante poco tiempo: Ducati 200 “la camello”, por la forma del depósito, BMW R65, y otras que ya ni recuerdo.
Paréntesis de diez años. Y volví a las motos. Mi primera cuatro cilindros: Benelli 500 Quattro.
Justo esta. Moto bella como ninguna, con un anchísimo depósito, y con el impresionante freno de tambor delantero, de doble leva. Aullaba como una posesa cuando se le metía puño hasta las 9000 vueltas. Pero de frenar, poco. Y ojo con la lluvia, bloqueaba de delante antes de darte cuenta. Murió un día que se me olvidó la pata de cabra puesta, en la primera curva a izquierdas me levantó la moto…a 120. Menos mal que llevaba chupa de cuero, botas, etc, y todo quedó en una clavícula rota, una cuantas quemaduras, el susto, y una moto nueva: Benelli 504,
www.motorcyclespecs.co.za/Gallery/Benell...504%20Sport%2080.jpg
ya con discos, llantas de aleación y ¡compensador de frenada! (el precedente de la frenada integral, invento de Honda, por ejemplo en la CBR 1000 F Dual). Por cierto, no servía para nada porque dependía de una válvula accionada por deceleración, que funcionaba cuando quería.
Esta la regalé a un amigo, ya que salí de mi tierra a otros lares, y me daba pena venderla.
Pasados los años, en los que no pude tener moto, volví a Benelli, pero con esta:
Que por cierto, era una Motobi, marca con la que Benelli eludía los férreos controles de la importación de aquellos años.
La “tunearon” de nueva, y no quise cambiarla. Me duró poco, cuando empezó a darme problemas de cojinete del bendix, típico fallo de estas Benelli, se la vendí a un coleccionista.
Ya en Madrid, Yamaha XJ 900, comprada a un coleccionista.
Aquí en el embarcadero que lleva a la isla de Tavira, un sueño portugués de playas blancas y quilométricas.
No quiero repetirme, pero me ha dado muchas satisfacciones, entre otras volver a cabalgar por carretera libre y no enlatado, y mantener a pesar de todo la posibilidad de llevar equipaje. No me ha dado problema en dos años y 70.000 km, y no se los da a mi sobrina, a quien se la regalé. Por cierto, tengo otra guardada en el garaje, que compré para repuestos, y que lo único que tiene es que le desmontaron los carburadores y no supieron volver a montarlos. Ahí está, esperando que madure y cumpla los 25 añitos para volver a ponerla en marcha.
Y por fin llego a la gorda: Una Honda CBR 1000 F, del 94.
Como ya dije, la ví por Inet cuando el antiguo dueño la puso en venta. Un Mail, y al día siguiente la moto era mía. Y a partir de entonces no puedo más que decir que es la mejor moto que jamás he conducido. Cumple su cometido, que es llevarme y traerme a Sevilla desde Madrid, y hacer todas las escapadas que se me ocurran. Pero lo hace alegre, suave cuando quiero y rugiente cuando se me cruzan los cables. La verdad es que no puedo contaros de ella nada nuevo, solamente deciros que a pesar de haber estado dándole vueltas a una Pan European que se me puso a tiro, decidí quedarme con la gordi y dejar la Pam para cuando sea “más mayor”.
Pues no termina aquí la presentación, y viene ya la Yamaha XV535, antigua moto de mi sobrina, aquella a la que regalé la Yamaha XJ900. Moto bajita, con buena aceleración para las carreras de 100 metros, (así se llaman las de semáforo a semáforo…), ágil en ciudad, consume poco, mantenimiento mínimo, alforjas donde llevar lo que quieras…
Y como me quedaba el gusanillo de la velocidad, me busqué esto para hacer el burro, expresión que a mi mujer le pone los pelos de punta…una Suzuki RF900R, con motor potenciado a 160 jacos, un diente menos de piñón de salida…una burrada
Y aquí estoy, a caballo entre Madrid (donde trabajo siete días seguidos) y Sevilla (donde descanso otros siete).
Mis primeros recuerdos son de algo así:
Un motor Mosquito puesto en un chasis fabricado por Ducson. Lo tuvo mi padre cuando tenía yo cinco o seis años. Recuerdo que una vez subió desde Antequera al la Fuente de la Yedra en él. Por supuesto, por la carretera antigua, con muchas más cuestas que las de ahora. Ibamos detrás, en el coche (un Mercedes 190D, un cochazo del ’54)
La primera moto que realmente conduje fue una Roa 125, con cambio de tres marchas en el depósito. Tendría 11 años, y la cogí “prestada” del garaje de mi abuelo, en el pueblo.
Sacarla del garaje a hurtadillas, empujando, arrancarla aprovechando la cuesta abajo, y…el paraíso: el motor rugiendo (o eso me parecía a mí), meto segunda, acelero, meto tercera…SOY UN DIOS!!! Hasta que la cruda realidad en forma de fuente en medio de una plaza me devolvió a la tierra: La vista clavada en la fuente, intentando girar…y ya sabemos lo que pasó: Choqué contra la fuente, menos mal que antes pude frenar y no llegué a caer a ella. Levantarla, arrancarla otra vez, y vuelta a empezar. Un par de horas que me costaron el castigo de no ir en un mes al cine de verano.
Trece años. Se presenta un amigo en casa. “¡Ven, rápido, que le he cogido la moto a mi hermano!” LA MOTO era esto:
Pedalea, suelta la mano izquierda, coge la palanca del motor y tira con todas tus ganas: el motorcito cae sobre la rueda delantera y empieza a petardear…si no llevas la rueda mojada y le resbala el rulo de tracción. Pero era un motor. Ya no había que darle a los pedales…hasta que tenías que parar, y a toda prisa los movimientos inversos: tira de la palanca del motor, engánchalo y frena, o te comes el cohe. Menos mal que en aquella época, 64/65, por Sevilla no había muchos coches.
Quince años: mi primera moto de verdad: una Ducati italiana, azul, de 50 cc
Cambio de tres marchas en el puño, frenitos (por llamarle de alguna forma)de tambor, azul metalizada…preciosa. La primera moto que toqué: le adapté el cambio al pie, para que pareciera mas de “verdad”. La tuvimos mi hermano y yo hasta que murió por un calentón en el tórrido verano de Andalucía. Pero antes me había llevado y traido cinco veces a la playa, con todo mi equipo de camping de entonces, subido incontables veces a la Sierra Norte de Sevilla…Requiescat in pacem.
Había que reponer moto. Y las dos tiempos, con ese olor a ricino, el humo cuando te equivocabas al hacer la mezcla, las perlitas…Me busqué una Honda 50 Sport, de Serveta, 49cc y cuatro tiempos.
La idea de Serveta al hacer esta moto no la entendí nunca. El chasis era el mismo de la automática, es decir, abierto, y el depósito iba literalmente colgado en el hueco entre asiento y el eje de la dirección. Como ya toqueteaba motos, (bendito Juan, mi maestro en mecánica, la paciencia que tenía con el pesao del vecino que iba al taller a arreglarse sus motos…) El carburador iba lateral, conectado a la pipa de admisión por una goma que cuando cogías un bache gordo se soltaba y te quedabas con él colgando del cable…hice algo que los de Lambretta-Serveta Sevilla (entonces en la calle Feria) decían que era imposible: le puse el carburador de la Ducati, que me encontré por casa. Fácil: Le di la vuelta a la pipa de admisión, la puse mirando hacia delante, y ahí le enchufé el carburador. “Eppur si muove”, a pesar de lo que decían en Lambretta, aquello andaba…y mejor que con el original. Esa moto tuvo una muerte cálida: Una curva a izquierdas bien regada de gasoil por un autobús municipal recién repostado, una tumbada…ay ay ay que me la doy…y me la dí. Rompió depósito en los tumbos, chispas y gasolina no se llevaron bien…tuve el honor de ver un camión de bomberos dedicado a calmar los ardores de mi primera e inolvidable Honda.
A los 18 me calmé un poco: con novia, había que llevarla cómodamente. Por lo tanto, carnet de conducir, y moto de verdad, pero tranquila. Vespa. La 160 Electrónica, recién salida al mercado, naranja y con defensas.
[IMG t2.gstatic.com/images?q=tbn:9gA-q8wLh2mC...ages/VESPA%20160.JPG [/IMG]
Esta la tuve cinco años, y me desapareció un día de la puerta de casa, sin dejar rastro.
En aquella época, además de pelo largo, pantalones campana, camisas floreadas y hormonas burbujeantes, tuve varias motos de las que hoy me acuerdo con cariño: Ossa 160.
Montesa Impala
[IMG]http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:BtKBpdr9SbcVPM:http://images04.olx.es/ui/2/03/98/f_18529598_1.jpeg Montesa Vekhonen Replica [IMG http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:FBBbmLaEI97b0M:http://www.montesa.hpg.ig.com.br/ima/c250vr.jpg[/img]
Bultaco 250 MK2
Estas últimas fueron mis motos de mis intentos en competición: La primera la partí en un circuito de Chiclana al coger el salto sin quitar gas (la campana se quedó cogida arriba del todo) y me hizo volar hasta el cielo. Aterricé de espaldas, y la moto…out del todo. La segunda, en un circuito urbano en La Línea, al pie del peñón, también la destrocé en una curva que no tomé, hice un recto. Ahí se acabaron mis pinitos con la competición. Otras que tuve durante poco tiempo: Ducati 200 “la camello”, por la forma del depósito, BMW R65, y otras que ya ni recuerdo.
Paréntesis de diez años. Y volví a las motos. Mi primera cuatro cilindros: Benelli 500 Quattro.
Justo esta. Moto bella como ninguna, con un anchísimo depósito, y con el impresionante freno de tambor delantero, de doble leva. Aullaba como una posesa cuando se le metía puño hasta las 9000 vueltas. Pero de frenar, poco. Y ojo con la lluvia, bloqueaba de delante antes de darte cuenta. Murió un día que se me olvidó la pata de cabra puesta, en la primera curva a izquierdas me levantó la moto…a 120. Menos mal que llevaba chupa de cuero, botas, etc, y todo quedó en una clavícula rota, una cuantas quemaduras, el susto, y una moto nueva: Benelli 504,
www.motorcyclespecs.co.za/Gallery/Benell...504%20Sport%2080.jpg
ya con discos, llantas de aleación y ¡compensador de frenada! (el precedente de la frenada integral, invento de Honda, por ejemplo en la CBR 1000 F Dual). Por cierto, no servía para nada porque dependía de una válvula accionada por deceleración, que funcionaba cuando quería.
Esta la regalé a un amigo, ya que salí de mi tierra a otros lares, y me daba pena venderla.
Pasados los años, en los que no pude tener moto, volví a Benelli, pero con esta:
La “tunearon” de nueva, y no quise cambiarla. Me duró poco, cuando empezó a darme problemas de cojinete del bendix, típico fallo de estas Benelli, se la vendí a un coleccionista.
Ya en Madrid, Yamaha XJ 900, comprada a un coleccionista.
Aquí en el embarcadero que lleva a la isla de Tavira, un sueño portugués de playas blancas y quilométricas.
No quiero repetirme, pero me ha dado muchas satisfacciones, entre otras volver a cabalgar por carretera libre y no enlatado, y mantener a pesar de todo la posibilidad de llevar equipaje. No me ha dado problema en dos años y 70.000 km, y no se los da a mi sobrina, a quien se la regalé. Por cierto, tengo otra guardada en el garaje, que compré para repuestos, y que lo único que tiene es que le desmontaron los carburadores y no supieron volver a montarlos. Ahí está, esperando que madure y cumpla los 25 añitos para volver a ponerla en marcha.
Y por fin llego a la gorda: Una Honda CBR 1000 F, del 94.
Como ya dije, la ví por Inet cuando el antiguo dueño la puso en venta. Un Mail, y al día siguiente la moto era mía. Y a partir de entonces no puedo más que decir que es la mejor moto que jamás he conducido. Cumple su cometido, que es llevarme y traerme a Sevilla desde Madrid, y hacer todas las escapadas que se me ocurran. Pero lo hace alegre, suave cuando quiero y rugiente cuando se me cruzan los cables. La verdad es que no puedo contaros de ella nada nuevo, solamente deciros que a pesar de haber estado dándole vueltas a una Pan European que se me puso a tiro, decidí quedarme con la gordi y dejar la Pam para cuando sea “más mayor”.
Pues no termina aquí la presentación, y viene ya la Yamaha XV535, antigua moto de mi sobrina, aquella a la que regalé la Yamaha XJ900. Moto bajita, con buena aceleración para las carreras de 100 metros, (así se llaman las de semáforo a semáforo…), ágil en ciudad, consume poco, mantenimiento mínimo, alforjas donde llevar lo que quieras…
Y como me quedaba el gusanillo de la velocidad, me busqué esto para hacer el burro, expresión que a mi mujer le pone los pelos de punta…una Suzuki RF900R, con motor potenciado a 160 jacos, un diente menos de piñón de salida…una burrada
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Última Edición: 13 años 1 mes antes por GusKermit. Razón: Links de fotos
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- Janis Jo
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Joer Guskermit, voy a poner una buena ronda porque esto se merece que nos "sentemos" todos al rededor de este tema para "escuchar" tus experiencias.
¡¡menuda carrera motera!!
¡bienvenido!
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- ZeeKee
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Y a mi se me queda corto leerte! seguro que puedes hacer un hueco esos siete dias que andas por nuestro hogar (Madrid) y sentarnos con unas cañas (o botellines ¬¬ Janis...) y seguir contandonos mas en detalle a los no tan veteranos en las dos ruedas, esas anecdotas que seguro te hacen sonreir a pesar de que alguna que otra saliera ardiendo.
Un saludo y esperamos verte muy a menudo por aqui!
Rafagas!
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-Caerme? Yo me bajo de la moto como me da la gana!
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- osfego
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Bienvenido Guskermit, por cierto conservas la moto primera de motor mosquito, tenia que estar en un museo esta chula, curiosa.
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- ELRUTEROSOLITARIO
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Joder que güena coleccion de motos. Saludos
NO SE LE PUEDEN PONER CADENAS AL VIENTO
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- ALF
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bienvenido GusKermit... enhorabuena por tu presentación y experiencia motera
gracias por compartir
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ALF
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- Janis Jo
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Eso eso! anímate a unas birritas veraniegas en los Madriles (en botella sí, Zeekee jejeje) y nos cuentas más detalles A ver si así somos capaces de juntarnos l@s viraguer@s madrileñ@s tod@s de golpe!!
A ver si así somos capaces de juntarnos l@s viraguer@s madrileñ@s tod@s de golpe!! Por favor, Identificarse o Crear cuenta para unirse a la conversación.
- ALF
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Janis Jo escribió: Eso eso! anímate a unas birritas veraniegas en los Madriles (en botella sí, Zeekee jejeje) y nos cuentas más detalles
...y os hacéis una escapadita al norte (Asturias, por ejemplo) a tomar unas sidras... que por aquí se está más fresquito
ALF
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